Te necesito aquí, conmigo. Ver tu sonrisa todos los días, contagiarme con tu risa y que me calles con un beso. Abrazarte y recordarte cada minuto todo lo que significas para mí. Juntar nuestros labios en un aquí te pillo aquí te como. Notar como sonríes en la oscuridad y saber que no es un sueño. Que me despiertes con un
"buenos días princesa" y te despidas con un beso. No pido mucho, simplemente que estés aquí, que seas más que un pensamiento. Tenerte aquí y abrazarte, que me hagas reír como solo tú sabes, que me quieras y me calles con un puto beso sin preguntármelo, que seas el más estúpido del mundo cuando esté de mala leche y que estés ahí cuando lo necesite. A cambio te daré todo, las mejores de mis sonrisas que solo reservo para ti, los mejores momentos de mi vida pasarlos junto a ti, demostrarte que no eres alguien más, porque no lo eres, eres especial. Te daré mis noches y mis días, mis secretos y mi vida, lo que me pidas.
No puedo prometerte que todos los días me despertaré con el mismo sentimiento del día anterior, no puedo garantizarte que te querré por y para siempre, pero sí que haré que todos tus días sean especiales, que renunciemos a la monotonía. Haré de tus noches y días los más perfectos que hayas vivido y tus malos momentos los convertiré en alegrías. Y no seré perfecta, pero intentaré serlo por ti.
Ya he caído, caí hace mucho tiempo. Y no en una piedra, sino en un agujero, tan profundo como tus ojos. Tus hermosos ojos, como me encantan. Tanto como tú, imbécil. Como tus tonterías y tus manías. Pero lo que más me gusta, sin duda, son tus imperfecciones. Esas imperfecciones que te hacen tan real, que casi te puedo tocar. Que te hacen perfecto.
Valiente gilipollez la verdad, pero es que hoy he estado pensando y me ha dado cuenta de que no soy tan diferente de la que era antes. Que sigo siendo la misma idiota que te quería.