jueves, 30 de mayo de 2013

No puedo hablar de amor.

   No puedo hablar de amor, te lo llevaste contigo. Sin embargo, me atrevo a llamarte así en sueños, cuando sólo mi almohada te escucha.
   El vaho de mis recuerdos pinta tu nombre con desgana, cansado de hacerlo todas las horas del día.
   Y cuando cierro los ojos, tu imagen se dibuja con delicados trazos en mis pupilas. Y puedo verte, pese a estar a oscuras. Y puedo oírte, pese a estar dormida.
   Cada mañana espero que el móvil te haya llamado, porque yo no me atrevo. Y lo miro, como el que espera que en un día de lluvia el cielo se vaya a despejar.
   Ningún mensaje tuyo.
   Las decepciones dejaron de añadirse a la lista cuando esta se quedó sin hojas. Las utilicé todas para escribir tu nombre.
   No me canso de repetirme que no va a pasar. Pero luego tiembla la tormenta. Tal vez el cielo sí que vaya a mejorar.
   Yo que sé.
   Al final no son más que truenos.

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