No puedo hablar de amor, te lo llevaste contigo. Sin embargo, me atrevo a llamarte así en sueños, cuando sólo mi almohada te escucha.
El vaho de mis recuerdos pinta tu nombre con desgana, cansado de hacerlo todas las horas del día.
Y cuando cierro los ojos, tu imagen se dibuja con delicados trazos en mis pupilas. Y puedo verte, pese a estar a oscuras. Y puedo oírte, pese a estar dormida.
Cada mañana espero que el móvil te haya llamado, porque yo no me atrevo. Y lo miro, como el que espera que en un día de lluvia el cielo se vaya a despejar.
Ningún mensaje tuyo.
Las decepciones dejaron de añadirse a la lista cuando esta se quedó sin hojas. Las utilicé todas para escribir tu nombre.
No me canso de repetirme que no va a pasar. Pero luego tiembla la tormenta. Tal vez el cielo sí que vaya a mejorar.
Yo que sé.
Al final no son más que truenos.
jueves, 30 de mayo de 2013
No puedo hablar de amor.
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