domingo, 29 de julio de 2012

Tu recuerdo.

Es curioso, una vez pensé que sin ti moriría, y aquí sigo. Bañando los recuerdos en un vaso de vodka, ahogando las penas que no paran de multiplicarse. Es difícil explicar lo que era que el mundo se me cayera encima cuando te veía marchar, pero aún lo es más ahora que lo has hecho sin ni siquiera mirar atrás. No te has detenido ni un segundo a pensar en lo que hacías, te pusiste una venda en los ojos y caminaste hacia delante, dejando atrás el pasado.

Quién diría que nuestro presente se antojara ahora tan lejano.
Que las sonrisas que reservábamos para después han caducado, y que no hay ticket de devolución.
Que el futuro que escribimos en una vieja lista de la compra acabó en la misma caja donde metiste todos tus sentimientos y lanzaste al vacío sin piedad. Y que mi corazón iba dentro.
Lo peor son las noches, cerrar los ojos y ver que no hay nada, que aquellos sueños se han ido sin dejar rastro. Como tú.
Que te has llevado mis lápices de colores con los que pintabas cada día de un color distinto, esperando verme sonreír. Y ahora levantarme cada mañana me pesa una tonelada.
Que difícil es aguantar la sonrisa aunque sea de verdad. Aguantar las lágrimas delante de un público que solo espera verte fallar. Tener que levantarme sin tu ayuda.

Y no quiero joder, no quiero volver a llorar. Aquel extraño lleva tu olor y cerrar los ojos e imaginarte es inevitable. Sin duda fuiste un error, pero no dudes que fuiste mi error favorito. Y que si tuviera la oportunidad de borrar todos esos recuerdos y momentos vividos, los dejaría todos intactos. Que sigo viva, sí, pero es que lo mismo que me mata es lo que me hace fuerte y me ayuda a levantarme cada mañana.
Tu recuerdo.

domingo, 15 de julio de 2012

Polos opuestos.

Es la misma rutina, el mismo jodido juego. Vivimos compitiendo, tú golpeas, yo golpeo. Tú te vas, yo vuelvo. Tú corres, yo vuelo. Tú me ignoras, yo te recuerdo. No sé quién de los dos merece más el infierno.

Estamos condenados a jugar, a perdernos en infinitas miradas y sonrisas, a despertarnos cada mañana con ganas el uno del otro. Tú sonríes, yo río. Tú lloras, yo sufro. Tú me buscas, yo me dejo encontrar.
Somos polos completamente opuestos, sin nada en común, pero nos complementamos el uno al otro. Tú sabes que no puedo vivir sin ti, y tú sabes que no puedes vivir sin mí. Nos peleamos, nos buscamos, nos coordinamos y nos matamos. Y nos drogamos sí, el uno del otro. Nos drogamos con grandes dosis de sonrisas, mordiscos, besos, abrazos, caricias, perfumes y risas; somos adictos a todo esto, al uno del otro. Sabes que si tú te pierdes yo iré a buscarte, y que si yo me marcho tú no tardarás ni un segundo en buscar las huellas de mis tacones, dispuesto a encontrar el camino que te lleve de vuelta hacia mí.
No necesito nada más que el sabor de tu risa en mi boca, la cama desecha con tu aroma, la almohada pidiendo a gritos que vuelvas y tu camisa sobre mis hombros esperando a que vengas a abrazarme y la contagies de nuevo con tu olor.

Y es que somos polos opuestos, y los polos opuestos se atraen.

jueves, 5 de julio de 2012

B̶u̶e̶n̶o̶s̶ días.

¿Buenos días? Y una mierda. Mientras no seas tú quien me despierte con una sonrisa, son días asecas. Una monotonía de días que paso sin tenerte ni abrazarte. No me digas buenos días teniendo tú la culpa de no hacerlos buenos y el remedio para solucionarlo. No serán buenos días mientras pase la noche buscando tus brazos y la cama se me haga más grande que nunca sin ti. No lo serán mientras sea otra la que duerme a tu lado. Así que no me digas buenos días, porque tú tienes la culpa de mis cambios de humor, mis resacas, mis miradas perdidas y mis sonrisas tontas. Ni siquiera serán buenas tardes, ni buenas noches si no eres tú el que está a mi lado.
Y no serán buenos días hasta que no seas tú quien me despierte, así que cómete los buenos y déjame a mi que cuente los días que paso sin tenerte.
                                           
                                                         

Remember me.

Recuerda lo que dije cuando sea yo quien te haga daño a ti. Cuando tengas que sufrir por las noches porque no estoy a tu lado. Cuando te diga a la puta cara que ya no te necesito y que es otro el que me hace feliz. Cuando rompa la caja en la que metimos todos los recuerdos. Cuando notes que vas olvidando mi risa y te cueste respirar. Cuando te gires y te des cuenta de que ya no estoy ahí. Cuando tengas que aprender a vivir sin mí. Cuando intentes olvidarme durmiendo con otra al lado, con una que acabas de conocer y de la que ni siquiera recuerdas el nombre. Cuando llores y te mates a cabezazos por perderme.
Recuérdame cuando te dije que algún día aprendería a vivir sin ti, y que ese día te arrepentirías de haberme perdido.