martes, 10 de enero de 2012

Y nada..

  Hola... Solo llamaba para ver como estabas, para ver si ya me habías olvidado, si tachaste mi nombre y escribiste encima el de otra, para ver si tenías algo importante que decirme, si seguías sintiendo algo, si te sigo importando.

  Y veo que no estás, que tal vez no me quieras coger el teléfono, y si eso es verdad, si es verdad que ya me has olvidado, que otra ocupó tu corazón y tu cabeza, que ahora te acuestas pensando en ella y que es a ella a la que observas con esa mirada; puede que ya no tenga nada que hacer aquí. Que no haya perdido una simple batalla, sino la guerra entera, que sea el momento de pasar página, tachar ahora tu nombre y probar a escribir el de otro encima, que sea el momento de sacarme todo lo tuyo que hay en mí, y devolvértelo, porque ya no me pertenece.

  Aunque... Puede que te parezca una completa estupidez o incluso un poco cabezota, pero me niego a olvidar la otra posibilidad. Esa posibilidad de que tal vez hayas escrito el nombre de otra encima, pero no logres borrar o tapar del todo el mío, de que todo te recuerde a mí, de que no me cojas el teléfono porque no lo escuchaste, de que te acuestes y te levantes pensando en mí, de que añores esos momentos que pasamos juntos, de que me observes con esa mirada a escondidas, de que desees que todo vuelva a ser como antes, de que aún me quieres. Porque yo, sueño contigo, con esa posibilidad, todas las noches. 


  Sí, estúpida cabezota de mí...





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